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Castillo de Alarcos. Lado oeste |
CASTILLO, CIUDAD CRISTIANA Y BATALLA DE ALARCOS. El parque arqueológico de Alarcos se encuentra a unos 8 km de Ciudad Real, junto al río Guadiana, entre los términos municipales de Ciudad Real y Poblete. El cerro de Alarcos constituye en la actualidad uno de los conjuntos arqueológicos más espectaculares de Castilla-La Mancha, por su extensión y por la importancia de sus restos ibéricos y medievales.
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Llanura alrededor del yacimiento y río Guadiana |
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Plano de la zona arqueológica |
Los árabes se asientan en la zona en el siglo IX y construyen una atalaya defensiva. Poco a poco se va ampliando el recinto amurallado, del que se conservan algunos restos pertenecientes al siglo XI, época en que es entregado a Alfonso VI como regalo de bodas con la hija del emir de Toledo. En 1147 Alfonso VII conquista la zona y la cede a la Orden de los Templarios y más tarde a los Calatravos.
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Lado oeste |
Alfonso VIII a mediados del siglo XII, inició en este sitio la construcción de una ciudad de nueva planta, con muralla, castillo y foso. Quiso fundar en Alarcos la ciudad más avanzada frente a los musulmanes pero no llega a concluir las obras de la misma debido a la célebre Batalla de Alarcos.
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Torre pentagonal lado este |
La ciudad medieval tiene una extensión de 33 hectáreas y se encuentra rodeada por una muralla de 3 metros de espesor.
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Murallas medievales de la ciudad |
Fue construida rompiendo alguno de los restos de la ciudad íbera, sobre la que se encuentra. En su construcción se emplearon distintas técnicas. La primera, de mampostería, se asienta directamente sobre la roca cuarcítica.
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Muralla y restos del santuario ibérico |
Sobre ella se desarrolla una segunda, del mismo momento, en la que una sucesión de tapiales encerados de piedra trabados con cal y puzolana le han dado el aspecto grisáceo que posee. Sus esquinas se reforzaban con sillares, con la marca del cantero.
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Murallas |
Fue construida en el siglo XII, poco antes de la batalla de Alarcos, siendo parcialmente destruida, como demuestra la gran cantidad de armas aparecidas junto a ella.
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Restos íberos, muralla de la ciudad cristiana y ermita de Alarcos |
Esta obra se paralizó cuando el enclave cayó en manos almohades tras la pérdida de la batalla de Alarcos en 1195 donde se enfrentaron las tropas del rey Alfonso VIII de castilla a las huestes almohades de Yusuf II.
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Campo de la batalla de Alarcos vista desde la ciudad de Alarcos |
Durante la batalla los cristianos disponían de dos regimientos de caballería: en primera línea estaba la caballería pesada (de unos 1.000 jinetes), seguida después de la segunda línea (unos 5.000 soldados), donde se encontraba el propio Alfonso VIII con su caballería e infantería.
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Visión de las tropas en el campo de batalla |
Por parte de las tropas almohades contenía una fuerza de unos 30.000 hombres. En vanguardia se hallaban la milicia de voluntarios, que eran unidades básicas y muy maniobrables. Inmediatamente tras ellos estaban Abu Yahya y los Henteta, la tropa de élite almohade. En los flancos, su caballería ligera equipada con arco y en la retaguardia el propio Al-Mansur (Yusuf II) con su guardia personal situados en el cerro de la Cabeza.
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Tras los árboles el cerro de la Cabeza |
La fosa de despojos. Tras la batalla Alfonso VIII tuvo que huir encontrándose herido. Para facilitar su marcha, un grupo de caballeros quedó en el castillo retardando a las tropas musulmanas. No pudieron resistir mucho. Las fosas de cimentación de la muralla, que aún estaban abiertas, sirvieron para arrojar los despojos tras el enfrentamiento.
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Murallas y fosa de cimentación |
Tras la excavación realizada se recuperaron un total de 200 cuerpos, que formaban una fosa común, en el exterior de la muralla, y mezclados con animales. Se localizaron igualmente gran cantidad de armamento: diferentes tipos de flechas, dardos, puntas de lanza, cuchillos, hoces y espadas cortas.
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Fosa de los despojos |
Con su reconquista tras la batalla de las Navas de Tolosa, comienza su decadencia, pues todos los intentos de repoblación resultaron fallidos y es por eso por lo que Alfonso X decide trasladar su población al lugar conocido como El Pozuelo Seco de Don Gil, donde funda Villa Real, actual Ciudad Real, en 1255.
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Marca del lugar de Pozuelo de Don Gil en Ciudad Real |
Alarcos fue usada desde entonces como cantera para la construcción de la cercana ciudad por lo que su deterioro se va acelerando.
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Puerta de Toledo, Ciudad Real |
EL CASTILLO. En el punto más alto del cerro de Alarcos se encuentra el castillo, construido sobre una plataforma en parte artificial apoyada sobre la construcción de una zapata.
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Castillo, zona sur |
Por el lado del talud con la zapata (lado sur) fue reforzado con muros, contando hasta con 3 antemurallas y entradas en recodo.
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Lado sur. Distintas alturas desde la parte alta |
El lado norte era más escarpado y además el Guadiana servía de defensa.
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Lado norte. Guadiana |
Su planta es rectangular con torres esquineras y en el centro de sus lienzos.
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Lado sur. Torre esquinera (izquierda) y central (derecha) |
Estaba defendido por nueve torres, siete cuadradas y dos pentagonales en proa. Delante de la planta pentagonal, se excavó un foso en la roca.
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Lado este. Dos torres cuadradas y una pentagonal con foso |
Es un recinto cerrado de forma más o menos rectangular, que conserva una torre de forma cuadrada en cada una de las esquinas y otra más en el centro de cada uno de los lados, a las que se añadió una más adelantada en el lado este.
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Plano. Zona este (abajo), sur (izquierda) |
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zona Este |
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Zona Sur parte baja |
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Zona sur parte alta |
Destacan las torres de los lados este y oeste, pentagonales en proa y otra albarrana que defiende un pequeño portillo situado en el lado sur.
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Torre pentagonal del Oeste |
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Torre pentagonal del Este |
La gran torre pentagonal en proa que, junto al foso, defiende el castillo por su lado este, sustituyó a otra rectangular, rompiendo la zarpa. Estaba en pleno proceso de construcción en el momento de la batalla de Alarcos.
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Reconstrucción de la torre pentagonal del Este |
La puerta principal estaba defendida por tres torreones, una liza y un foso, hoy en día se encuentra tapiada.
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Puerta principal tapiada. A la izquierda la torre pentagonal del Oeste |
En el interior, aún sin excavar la mayor parte, se conservan restos de habitaciones abovedadas y un aljibe.A finales del siglo VI a.C. la cultura ibérica oretana estaba plenamente consolidada en Alarcos, convirtiéndose este espacio en un oppidum o ciudad fortificada de gran importancia del que hoy se conserva y se pueden visitar las trazas.
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Restos ciudad íbera |
La ciudad íbera se extiende por todo el cerro de Alarcos, a juzgar por los restos arqueológicos que aparecen en superficie, nos hace suponer que nos encontramos ante una de las ciudades más grandes de la época.
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Vista de parte de la ciudad íbera |
En la última fase de ocupación de la ciudad, alrededor del siglo III a.C., a la que pertenece la mayoría de los restos conservados, la ciudad tenía un complejo sistema urbanístico, con terrazas artificiales que permiten construcciones horizontales y con calles que siguen la pendiente natural.
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Casas y una de las calles |
La Calle principal, pavimentada con lajas de caliza, tiene dirección norte-Sur y cuenta con tres bocacalles, dos hacia el oeste y una hacia el este.
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Casas y una calle de la ciudad íbera |
Lo que queda son sólo los cimientos de las casas, de una o dos habitaciones rectangulares. Estas casas estaban construidas con zócalos de piedra, muros de adobe o tapial y techumbre de vigas de madera, ramas y barro. Los suelos eran de tierra roja y las paredes estaban revocadas de tierra y encaladas.
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Casas de la ciudad íbera |
Una de las zonas de la ciudad íbera se sitúa junto a las murallas de la ciudad medieval. En esta zona, la construcción de la muralla medieval alteró sustancialmente las construcciones de época íbera, cuyos restos están seccionados por dos grandes fosas: la de la muralla y otra más antigua, situada en la parte inferior de la ladera. Los restos encontrados ponen de manifiesto que se trata de una zona de carácter sagrado.
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Zona sagrada |
Destaca un gran edificio rectangular relleno de piedra, junto a una calle con suelo de lajas de caliza y un gran espacio abierto a modo de plaza. Los restos muestran que es un santuario que estuvo en uso desde fines del siglo V a.C. hasta el siglo I a.C. aproximadamente.
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Santuario |
ERMITA DE ALARCOS.
La ermita es de estilo gótico y construida entre los siglo XIII y XIV. Tiene planta basilical con dos capillas adosadas y tres naves de altura desigual, así como tres portadas. La fábrica es mayoritariamente de mampostería menos las esquinas y otras partes nobles como las puertas y el rosetón.
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Ermita de Alarcos |
La fachada principal se sitúa en los pies del templo. La portada está compuesta por un arco apuntado realizado en piedra.
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Fachada principal |
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Portada principal |
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Parte alta del arco |
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Capitel del arco |
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Jamba y puerta |
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Clavos de la puerta |
Sobre la puerta de los pies del templo se abre un rosetón de tracería, compuesto por diecinueve lóbulos y encerrado en un marco rehundido de forma cuadrada. Este rosetón fue copiado para la Puerta del Perdón de la catedral de Ciudad Real.
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Fachada principal. Rosetón. |
La fachada del lado del evangelio tiene un arco rebajado, alfiz y está construida enteramente de ladrillo.
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Fachada del Evangelio |
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Portada del Evangelio |
La cabecera sólo tiene un ábside central de planta cuadrada realizado en el siglo XVII.
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Cabecera |
En la fachada de la Epístola, tiene un porche sustentado por ocho columnas toscanas de piedra encaramadas a un podium, que continua con la techumbre de la iglesia, de artesonado simple y cubierta de teja.
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Fachada de la Epístola |
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Porche |
Originalmente era de traza mudéjar con alfarjes pintados. La portada es de arco apuntado realizada en piedra.
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Porche. Interior |
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Bisagra |
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Herrajes y clavos |
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Planta de la ermita |
El interior está constituido por tres naves y planta de cruz latina, estando las naves separadas por diez pilares octogonales de piedra caliza, que soportan ocho arcos apuntados.
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Naves hacia la cabecera |
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Naves hacia los pies |
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Naves junto a la cabecera |
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Rosetón. Interior |
Los capiteles llevan mayoritariamente hojarasca gótica con algunas cabecitas humanas y felinas.
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Hojas |
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Hojas y cabeza humana |
Las basas de las columnas en las esquinas, algunas de ellas llevan unas figuras llamativas.
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Figura de un buho |
La capilla mayor se sitúa en el ábside del fondo de la nave central. Es de forma cuadrada y fue realizada en el siglo XVII. está presidida por la imagen de la Virgen de Alarcos.
La techumbre estaba formada originalmente por un artesonado de traza mudéjar con alfarjes pintados, como se puede ver todavía en una de las capillas laterales.
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Artesonado de una de las capillas |
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Fragmento original |
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fragmento original |
Las naves están cubiertas con una techumbre de madera. Hoy se encuentra muy restaurado y está formada por un artesonado muy simple.
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Nave principal |
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Nave de la Epístola |
El original se perdió con el terremoto de Lisboa de 1755 y la ermita fue quemada por las tropas Napoleónicas en 1809 tras la batalla de Ciudad Real.
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Artesonado
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Horario de visita:
De octubre a mayo
Jueves y domingos 10'30 a 13'30 h
Viernes, sábados y festivos:
10'30 a 13'30 y 15'00 a 17'30 h
De junio a septiembre
Jueves a domingos y festivos
9'30 a 14'00 h
Cerrado lunes, martes y miércoles no festivos
Es de pago
Como siempre te recuerdo, camina a tu aire(si te lo permiten) por los rincones de este bonito monumento, absorbe el alma secreta que la diversidad de culturas dejaron en su interior. No tengas prisa y disfruta de todo lo que te ofrece el lugar y su entorno...
A mediados del siglo XII, será Alfonso VIII quien inicie en este sitio la construcción de una ciudad de nueva planta, con muralla, castillo y foso. Alarcos es famoso en la historia por la batalla del mismo nombre que tuvo lugar aquí en 1195.